Estas historias dan una lección sobre el mal humor y las salidas de tono, tanto cuando lo decimos o hacemos nosotros (pues la palabra pronunciada nunca vuelve atrás, por más que nos arrepintamos), como para cuando nos lo dicen, para saber dejarlo ir tal como vino y sin que nos afecte lo negativo e hiriente de algunas palabras y acciones. En fin, también tenemos que aprender a hablarnos con mucho cariño a nosotros mismos, cuanto más relajada esté la mente, mejor podremos estudiar y cuanto más cariño haya en nuestras palabras y acciones, más relajada estará la mente.
[archivo adjunto borrado por el administrador]