Yo soy de Madrid y me presenté por RPyB, con la idea de quedarme en órganos centrales o estar en alguna provincia próxima.
Cuando aprobé, me empecé a rallar pensando que podía tocarme lejísimos, lo suficiente como para no poder ir y venir a diario, y mi marido y mi hijo son lo más para mí.
Y luego pensaba: Me he sacado una oposición. ¿Sería capaz de renunciar a un trabajo para toda la vida por no estar un tiempo fuera? La respuesta es NO. Me llevo al niño a cuestas y si mi marido no puede venir conmigo nos vemos los fines de semana, ya buscaría la solución, pero lo que consigues es tan grande, que no se puede renunciar.
Vamos, que importar puede importar, otra cosa es qué importa más, la incomodidad de estar lejos (si es que es incómodo) o la recompensa.